Algo intangible, que germina despacio, con el tiempo; madura si lo alimentas de sinceridad y apoyo; palabras sensatas en momentos difíciles, el silencio, la escucha, un sonido tan solo, un gesto, tender tu mano, todo eso es la amistad. No hay lugar para intereses, no cabe la hipocresía; aunque no estés, sé que te tengo, eres mi cómplice..... querida amiga. Tu en la angustia, tú en el desamor, en la alegría y en el gozo, la confianza eres tú, poseedora de mis secretos; contigo están seguros; la fidelidad es tu montera, hilo frágil que forjas fuerte cuando te necesito; tu, sólo tú, siempre ahí, inamovible.
Amistad que perdura; los años pasan..... te vuelves anciana con la sabiduría de la permanencia. Resistente a los envites del tiempo, te haces fuerte, huyes del olvido, tu presencia es el calor de un hogar en invierno, mi alma te siente cerca en las gélidas aguas de la melancolía; no siento soledad a tu lado, tu apoyo es el candor en sí mismo. Compañía precursora del adviento más divino, apareces a mi espalda si te necesito. Protectora de mi ánimo, no es necesario llamarte, tu adivinas cual es el momento preciso.
No me abandones nunca, querida amiga; te necesito a ti, con tus consejos y alegorías; con ellos decoras mi caminar diario, tu ficción es mi realidad; vivo en tus sueños, en ellos quiero estar....no despertar......, seguir siendo el fruto de tu complicidad evocadora.