miércoles, 6 de abril de 2016

PUEBLO

Plaza solariega, frente al Ayuntamiento, donde todos los sabios y ancianos del lugar se reúnen a discutir sobre deportes y el gobierno, la situación del país, la subida de precios, el incremento del IVA….., con la sabiduría de una cátedra, cada cual da su versión y debate con firmeza sus posiciones. Hoy la crisis, mañana los amoríos de la Paca, y si ese hijo es o no es de su padre, nadie marchará sin etiqueta de entre los corrillos del gentío que, al sol, pasa los mediodías en mi pueblo. La algarabía de los chiquillos con sus carreras alocadas, romperá por un instante el murmullo de los chismes; una ráfaga de miradas se distraerá al paso de las mozas engalanadas para la Misa de las doce; enmudecerán los robles y el agua de la fuente discurrirá más lenta pasadas las cuatro de la tarde; en mi pueblo plaza desierta, plaza dormida. Más con la llegada de las primeras sombras, se llenarán poco a poco los bancos de madera, calientes todavía por el reflejo del Sol en las tardes de verano. Los ancianos de mi pueblo, con paso lento, torpe y cansado, volverán a reunirse, una tarde tras otra y contarán sus hazañas de antaño, cuando la juventud emanaba por sus poros, cuando el estraperlo y la cartilla les llenaba los bolsillos y el miedo y la miseria cubría su cama al anochecer. Tiempos felices, pero también duros y tristes; añoranza en sus corazones, melancolía en el alma y en su espalda, el atillo de sus vidas hecho jirones.

Pasarán los días, ellos ya viven en periodo de espera; anhelan que el tiempo pase sin saber muy bien por qué y para qué…. es la antesala de la muerte, donde los números van saliendo despacio, sin prisa y son asignados al azar en la ruleta del más débil. Resignados a cruzar al otro lado en cualquier instante, esperan pacientes, sentados al cobijo de una sombra en la plaza de mi pueblo……