Puedo imaginar sus abrazos
cálidos al atardecer, el susurro de su voz cerca de mí, sus caricias
entremezcladas con la esencia de su piel; puedo recordar todo un infinito
estado de pasión envolviéndome tan solo con echar la vista, siete días atrás.
Su recuerdo me alimenta…, hoy vivo de su estela, el hermoso halo que dejó en mí su profundo amor; un amor que traspasa más allá de las fronteras, aquel que
llena hasta el más diminuto y recóndito escondite de mi ser, un sentimiento que
impedirá que la gélida escarcha de la soledad anide en mí; ya nunca más, pues
junto a él no existe el frío, el candor de su mirada enternece mis sentidos y
aún, a pesar de la distancia, vive en mí, habla y sueña a mi lado, siento su
mano entrelazada a la mía, él está aquí, no se ha ido, puedo sentir su
presencia con tan solo imaginarlo; formamos un todo etéreo, incorpóreo que
pervive a través del tiempo; un nuevo ser que amamanto cada día; quiero verlo
crecer…. sentir un día al amanecer, que ha regresado para quedarse, que ha
vuelto para no marchar jamás, que no habrá más despedidas…..
El tiempo pasa, transcurre
lentamente a mi favor…., ahora es cómplice de nuestro amor y achica a cada paso
la distancia que nos separa; ahora la espera es mi compañera fiel, la paciencia
me arrulla mientras duermo al abrigo del sentimiento que nos une. En mi regazo
se acuna su recuerdo; duerme tranquilo
amor, esperaré…..