miércoles, 4 de marzo de 2015

REFLEXIONES

La tarde se asomó reflexiva; ¿existe la felicidad?, y qué hay del amor?; me pregunto si alguna vez pasó por mi vida eso que llaman amor verdadero; amor sin reservas, sin egoísmos, con la generosidad de lo que debe ser un sentimiento puro, sin intereses; y echo un vistazo al otro lado del amor filial y no encuentro demasiado; apenas unos pedazos de frases sueltas, de promesas incumplidas y de historias sin acabar; algunas escamas de rencor y lágrimas, pero pocas, y lo cierto es que me sitúo en el comienzo y vuelvo a empezar. Una búsqueda sin horizonte, una nueva historia, un “tal vez podrá ser”, “quizás esta vez” , pero una y otra vez ni es, ni esta vez, y la vida continua; nuestras almas caminan a la deriva en busca de otras siamesas que formen un todo corpóreo, la unión indivisible de la esencia universal. Y me vuelvo a preguntar, y reflexiono de nuevo, dónde se encuentra mi alma pareja?, acaso existe?, es real? Y si esta vida es un sueño como bien decía Calderón?; un sueño de deidades donde nosotros somos el juego, obligados a participar hasta la eternidad.

Seguiré jugando, sí, a pesar de que las fichas caigan, continuaré sintiendo el placer de la corriente del amor cuando electriza, de la emoción de una nueva ilusión, con la esperanza de lo que podrá ser y por qué no, de la frustración de una nueva decepción, pero eso sí con la satisfacción de haber jugado una vez más y haber aprovechado el fluido de la pasión. Seguiré participando en este juego esencial, aunque a veces doloroso, porque, qué nos mantiene vivos si no es la muestra de lo que podría ser, situándonos al filo de la ilusión, rozando el infinito?, qué es sino amor?

Vívelo, disfrútalo, no temas al dolor; anímate a sumergirte en el túnel de lo desconocido; créeme la recompensa puede sobrepasar todo aquello que habías imaginado. Lancémonos a lo desconocido, te invito a dar el primer paso.