martes, 22 de noviembre de 2016

PARCA


Llegado el momento en que las almas vuelvan al olvido, sólo le pido a Dios  que no me aparte del  recuerdo de aquellos con los que he vivido.

Con humildad le pido al Ser Supremo, que lo que quede de mi estela  lo incorpore, cual polvo de estrellas plateado, al umbral de paso a las tinieblas; sin llanto ni amargura, sin dolor ni tristeza, bajo la envergadura del silencio infinito, en la morada de  espíritus sin rumbo.

Halo de misterio entre las tumbas ausente de corporeidad, mezclándose entre runas de ausentes y presentes que vagan sus desdichas entre rincones y aguardiente, al abrigo de la gran ciudad, aquí y allá, acá y allí.

Paciente aguardas el momento; con aliento contenido, acechas el camino del perdido al amparo de la noche. Dueña de la guadaña universal, postrada a la entrada de un pórtico espectral, de paso obligatorio; hoy, toca pasar; sentir tu sesgo bajo el yugo de tu manto; hoy toca, sin remedio, dejarse abandonar…….